Córdoba. Como no pudieron robarle, lo mataron a traición por la espalda: uno ya confesó y fue condenado

Julio Sánchez fue ultimado de un balazo por la espalda, en enero pasado, en barrio General Savio de la Capital. Escapaba de un asalto callejero. Uno de los delincuentes fue sentenciado a 17 años de cárcel. Sus cómplices siguen prófugos.

Sucesos 14/09/2025

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Por despecho y a traición. Así fue todo.
 
La secuencia duró pocos segundos pero fue brutal. Aprovechando el quiosco abierto en la medianoche, el joven frenó para comprar cigarrillos. Fue en ese momento que aparecieron tres delincuentes que quisieron robarle el auto. La víctima forcejeó, logró arrebatar las llaves del coche y quiso correr. Fue en ese momento que uno de los delincuentes lo fusiló de un balazo, calibre 40, por la espalda.
 
Como se dijo, a despecho y a traición.
 
El tremendo asesinato de José Luis Sánchez, quien tenía 38 años, y se ganaba la vida como comerciante. Todo sucedió en los primeros minutos del domingo 19 de enero de 2025 en el barrio General Savio, en la franja norte de la ciudad de Córdoba, otra de las zonas jaqueadas por la violencia y la inseguridad.
 
Ocho meses después, hay noticias desde los Tribunales II de Córdoba. Uno de los tres miembros de la patota de criminales ya fue condenado. Ever Leonardo Fusco, alias “el Gringo”, recibirá 17 años de cárcel efectiva por homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego en juicio acordado en la Cámara 4ª del Crimen de Córdoba.
 
Se trata de un juicio abreviado: Fusco levantó la mano, admitió todo, se mostró arrepentido y terminó siendo condenado, tras un acuerdo entre la fiscalía a cargo de Marcelo Hidalgo y la defensa del delincuente, todo avalado por el tribunal. Trascendió que la querella, en representación de la familia de la víctima, estuvo de acuerdo con el acuerdo legal.
 
A todo esto, hay otros dos acusados prófugos. Ariel Norberto “el Gitano” Acuña y Gerardo Emiliano “el Cabezón” Castellano, autor material del disparo mortal, no han podido ser localizados por el momento. Están acusados por homicidio calificado criminis causae; es decir, cuando se mata para buscar la impunidad. En caso de condena, la pena es una sola: la prisión perpetua.
 
Asalto y crimen por la espalda
Faltaba poco para la 1 de la madrugada de aquel domingo 19 de enero pasado. José Luis Sánchez, vecino de la zona, detuvo su Peugeot 308 blanco a la altura del cruce de avenida Parravicini y calle Carlos Gaudencio, en General Savio, para comprar un atado de cigarrillos en un quiosco.
 
Fue en esas circunstancias que justo pasaban caminando tres jóvenes. Fusco llevaba una pistola calibre 40 oculta en su pantalón, mientras que otro cómplice –habría sido Castellano- llevaba una pistola calibre 9 milímetros.
 
Mientas iban caminando, vieron el auto detenido de la víctima de turno. El coche estaba con vidrios delanteros bajos. En el tambor de arranque estaba la llave colocada.
 
Se miraron y, de manera decidida, decidieron subirse para llevárselo. Todo era y parecía fácil.
 
En ese momento, Sánchez se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y corrió hacia el coche para frenar el inminente robo. Para entonces, los tres delincuentes ya estaban sentados.
 
Decidido, el hombre se trenzó en un forcejeo con el ladrón que se había sentado en el lado del conductor y alcanzó a sacar la llave se encontraba puesta en el arranque.
 
Todo sucedió en segundos. Sánchez extrajo la llave y salió corriendo como pudo para pedir ayuda. Detrás de sí quedaron su auto y los tres ladrones.
 
Balazo por la espalda
De manera demencial, uno de los ladrones extrajo la 9 milímetros, apuntó y disparó por lo menos una vez contra el muchacho que, desesperado, corría para ponerse a salvo. Fue una reacción a despecho y a traición.
 
El impacto dio de lleno en la espalda de Sánchez, quien cayó al piso. En esas circunstancias, Fusco sacó la pistola 40 y realizó al menos dos disparos al aire.
 
Los estruendos retumbaron en la calle y paralizaron a varios vecinos. Con toda impunidad, los tres delincuentes escaparon corriendo sin llevarse nada.
 
Sánchez fue auxiliado por algunas personas, quienes lo trasladaron a un hospital donde finalmente murió al poco rato.
 
No fue simple para los investigadores policiales obtener datos sobre los criminales. El temor por parte de varios vecinos se hizo sentir al comienzo. Sin embargo, la mecánica del violento episodio y la forma despiadada en que el hombre había sido asesinado tratando de escapar del asalto hicieron que varios frentistas comenzaran a aportar datos e información.
 
En paralelo, el trabajo de los pesquisas de Robos y Hurtos, coordinados por el fiscal de instrucción Andrés Godoy, se centró en la búsqueda de filmaciones.
 
De a poco, la causa comenzó a andar y se obtuvieron datos e informaciones y testimonios que se convirtieron en pruebas.
 
La pesquisa avanzó y de esta manera se pudo identificar a los tres acusados de haber cometido el brutal ataque criminal: Ariel Norberto “el Gitano” Acuña, Gerardo Emiliano “Cabe” o “Cabezón” Castellano y Ever Leonardo Fusco, alias “el Gringo”. Sólo este pudo ser atrapado tras un allanamiento. Los otros dos lograron desaparecer antes de que llegara la Policía a sus domicilios. Desde entonces, por ahora, se encuentran prófugos.
 
Fusco fue enviado a juicio y su causa por homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego recayó en la Cámara 4ª del Crimen de Córdoba.
 
Al ser indagado, el acusado dijo que es padre de dos criaturas, que no tiene trabajo y que es adicto a la marihuana y a la cocaína.
 
Su defensa avanzó en un acuerdo de juicio abreviado por la pena de 17 años de cárcel.
 
Mientras tanto, hay otros dos acusados identificados que todavía gozan de la impunidad.

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