Cuando el poder absoluto perjudica al pueblo
La historia ha demostrado que las monarquías y las soberanías absolutas terminan siendo perjudiciales para los pueblos. Por algo en el mundo sólo quedan un puñado de países con esta forma de gobierno.
Tal vez la perpetuidad hace que los gobernantes se olviden de los motivos que los llevaron a gobernar, y cegados por el poder y la ambición terminan buscando su propio beneficio.
En nuestra provincia muchas comunas y municipio, que por supuesto están muy lejos de ser monarquías, han vivido muchos años gobernados por las mismas personas, debido a la falta de la una carta orgánica que regule los períodos y condiciones electorales.
En el caso de Deán Funes por ejemplo, Alejandro Teijeiro fue elegido por el pueblo durante más de 10 años. Los primeros tiempos fueron bueno, pero es de conocimiento público el desenlace sobre el final, que terminó en una causa judicial. Además, durante el proceso, se contaminaron también otras instituciones muy importantes para la ciudad como la Cooperativa de energía, que se vio afectada por irregularidades y el accionar de funcionarios vinculados al poder de turno.
Por el lado de Quilino, ahora comienzan las sospechas en una cooperativa manejada también por el poder político de turno, que se expandió en las instituciones de la localidad y de la zona.
El tiempo dirá cuáles son las consecuencias y los principales perjudicados de este orden político.
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