Przemyśl, Polonia, enviado especial. Przemyśl, la última ciudad de Polonia antes de cruzar el límite con Ucrania para ingresar a Lviv, se estremece por el frío y el drama de los refugiados. En sí, esta población es uno de los epicentros de las evacuaciones, con familias enteras huyendo de la guerra y otras de regreso para continuar con los operativos de rescate.

 

 

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El flujo de refugiados de Ucrania aumentó a 2 millones de personas en las últimas horas, en el inicio de la tercera semana de la invasión rusa ordenada por Vladimir Putin.

 

Desde la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur) precisaron que la mayoría de los refugiados se dirige hacia Polonia, país que indicó que recibirá sin restricciones a los ucranianos. Otros se dirigen hacia Moldavia, Rumania, Eslovaquia y a otros países limítrofes.

 

Para la ONG Save the children un millón de niños son los que ya han abandonado Ucrania, muchos solos “sin protección de sus padres”.

 

Por lo que se ve, los niños juegan y muchos no se dan cuenta de la gravedad del problema. En Polonia, a muchos los esperaron con juguetes u osos de peluche de regalo para tratar de aplacar el drama del desarraigo.

 

Aquí proveen de ropa, comida y un destino a las familias que llegan. En Przemyśl muchos esperan en el frío y desconocen quienes los cobijarán desde este lado de la frontera. Esta ciudad es sin dudas uno de los principales centros de evacuaciones, desde donde se derivan a los desplazados hacia distintas ciudades.

 

DE POLONIA A LVIV

 

Przemyśl se encuentra a menos de 97,3 kilómetros de Lviv y a 14 kilómetros de la frontera.

 

 

El paisaje nocturno con el que me recibió la ciudad, este 8 de marzo a las 19, es de decenas de desplazados, de militares y de policías polacos.

 

Una familia ucraniana promete ayudarme a llegar a mi lugar de destino: Lviv, que es la población base de prensa y corredor humanitario para salir de Ucrania hacia Polonia.

 

Una sopa, la misma que reciben los refugiados, sirve para pasar el frío a la espera de los colectivos que trasladan a las personas hacia y desde Ucrania.

 

Comunicarse en el lugar es bastante complicado. No todos hablan inglés, por lo que se debe emplear alguna aplicación, como el traductor de Google. Cada uno tiene su historia.

 

En Przemyśl hay problemas de logística por la gran cantidad de personas que cruzan de un lado a otro. Como cronista de La Voz intentaré en las próximas horas cruzar hacia Lviv y desde allí contar el drama de la guerra desde tierras ucranianas.