El cadáver del papa Francisco yace en la Basílica de San Pedro, donde permanecerá durante tres jornadas de recogimiento y oración para que miles de personas lo despidan. Se calcula que desde el primer momento hay una espera de cuatro horas para ingresar.

 

La procesión del féretro desde Santa Marta hacia la basílica se realizó este miércoles temprano, y fue seguido por un servicio dirigido por el camarlengo Kevin Joseph Farrell, el cardenal encargado de hacer los arreglos para el funeral del Papa y el cónclave en las próximas semanas.

 

A las 9 en punto (hora en Italia) arrancó la procesión de 80 cardenales vestidos con sus hábitos y birretes color rojo, muchos recién llegados a Roma desde diversas partes del mundo para participar del cónclave que elegirá al sucesor de Francisco.

 

El féretro de Jorge Bergoglio recorrió la plaza de Santa Marta y la plaza de los Protomartires Romanos y atravesó el Arco de las Campanas hasta salir a la plaza de San Pedro y entró en la Basílica Vaticana por la puerta central.

 

Finalmente, dentro de la basílica fue colocado ante el Altar de la Confesión, frente a la tumba de San Pedro y enfrente del imponente baldaquino de Bernini. Los restos se exponen en ese lugar porque allí ha ejercido a menudo su ministerio de obispo de la Iglesia que está en Roma, y de Pastor de la Iglesia universal.

 

Como parte del esfuerzo del Sumo Pontífice por simplificar los ritos funerarios papales, su cuerpo yace en un ataúd de madera abierto. De esta manera, eliminó la tradición de tener tres ataúdes de ciprés, plomo y roble.

 

El cuerpo permanecerá en la Basílica de San Pedro por tres jornadas en las que miles de peregrinos se acercarán a darle el último adiós. El paso a seguir es el funeral, que se realizará el sábado a la mañana con la presencia de líderes de todo el mundo. Luego, Francisco será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, tal como lo solicitó en vida.