Ve voo - "El video más visto por los cordobeses ya tiene su Remix".
El video más visto por los cordobeses ya tiene su Remix. Mirá el original, el Remix, la historia del video, de vida de Claudia y sus hijas.
Política y Sociedad
08/08/2014
El video dura sólo 1:09 , pero en pocas semanas ha quedado inmortalizado como el clip del “ve voo” y otras frases célebres que suenan en cualquier charla. El fragmento es carne de cañón de mensajes por WhatsApp, redes sociales, audio utilizado en radios, parodias, versiones remixadas en YouTube… en definitiva, todo lo que está al servicio de la famosa “viralización”, en tiempos en que la tecnología nos cabe en el bolsillo y nos acompaña a todos lados. Pero esta vez el protagonista no fue un australiano que se cayó de boca mientras paseaba por Shangai, sino que les pasó a tres cordobeses de acá nomás (barrio Las Magnolias e Ituzaingó), “moneros” como tantos otros miles que de casualidad se vieron multiplicados en los telefonitos de todos. Ellos son Claudia Lucero (la mamá, quien dice “No las llevo a misa, pero las traigo al Sargento los viernes”), su hija Celeste, y César “Abuelo” Lucero, el notero de La Mona y Carli TV. Los tres –más los dos asistentes que completan el equipo del programa de You Tube– accedieron a charlar con Día a Día para saber quiénes son las personas detrás del fenómeno. “Un día llegó mi hija del colegio y me dice ‘¡Mami te voy a matar! Todos me mandan ese video’. Al rato vino mi hermano a decirme, y yo estaba escondida en mi casa, por mi papá”, dice Claudia, que acapara la charla con su intensidad. “Nosotros hacemos un montón de notas por baile, pero cuando hice esa, la frase de la misa me mató, me llega al alma porque es lo que yo siento”, explica el Abuelo. Con el paso de los días la cantidad de compartidos y visualizaciones crecían exponencialmente, con lo cual era imposible pasar inadvertidos. “Ahora los vecinos nos joden con que somos famosas, dicen que empecemos a facturar. El otro día fui a un negocio en el centro, y unas chicas empezaron a decir ‘ve voo’”. Celeste acota que en el cine, como la reconocieron, toda la película la estuvieron molestando con su frasecita. Claudia fue quien se sintió más agredida por las burlas que se desataron alrededor del video. “Me molestó que la agredieran a mi hija en algunos comentarios. Le daban a ella y a mí. En el barrio me decían que me defienda, pero no me presté a los comentarios. Me estaban juzgando sin conocerme, diciendo cosas feas, bravas, que las llevaba por mal camino a mis hijas. Ahora decidí hablar para defenderme y defender a la Mona, porque lo critican sin saber ni haber ido al baile”. El Abuelo, que dice manejar las críticas haciendo “oídos sordos”, también aporta lo suyo: “Nos critican a nosotros por cómo hablamos, pero somos gente, somos honestos, decentes, humildes. Hay otros que vuelan y son los peores delincuentes que le arruinan la vida a todos. Pero como es fácil hablar o escribir un mensaje…”. Igualmente, todos los involucrados en este fenómeno dicen que la están llevando más con gracia que con bronca por esta suerte de bullying 2.0. “Podríamos facturar nomás, así nos llevamos un par de pesitos”, resume Claudia con algo de humor. Monera con historia. Claudia (35) también es mamá de Julieta (15) y las crió sola a ambas, viviendo en su casa paterna, con un padre chapado a la antigua (“que encima no le gusta para nada Jiménez”). “Un montón de veces me escapé a escondidas para ir al baile cuando mi papá se acostaba a dormir, y mis hijas que eran chiquitas, por la ventana me alcanzaban las botas”, confiesa. Más de uno se podrá sorprender que esta mamá monera en los ‘90 escuchaba “Guns and Roses y Nirvana”, pero quedó totalmente fascinada con Jiménez cuando su hermano la invitó al Deportivo. “Esas experiencias nunca se olvidan: entré con la cabecita agachada porque tenía otra impresión de lo que era el baile y nada que ver, y cuando lo vi al negro me enamoré artísticamente. De ahí, cada vez que lo escucho mi sangre se purifica. Cuando voy al baile vengo renovada. Para mí es Dios. Es verdad que yo no las obligo ir a misa, pero al Sargento sí vamos porque nos gusta de cuna, y es considerado el templo”. Así y todo, madre e hija tratan de mantener los roles. “Para mí es un placer y un honor salir con mis hijas y compartir algo que nos gusta. Más allá de que soy su amiga, soy su mamá y también les pongo límites, ellas lo saben”. El Abuelo también es padre de hijas adolescentes y asiente en la idea: “Es maravilloso que lo que a uno le guste, le guste también a los hijos. A mis hijas también le gusta la Mona, aunque no van muy seguido, son más de ir a boliches”. Él es un fanático emotivo del mandamás del cuarteto. “Cada vez que la Mona sube al escenario y empieza a tocar la banda, hay magia. Esa magia es poesía que a nosotros nos llega hecha canción. Nos alegra la vida”. Celeste es tímida y de pocas palabras, pero aunque admite que está un poco cansada ante tantas gastadas, confiesa: “Por más que me dijeran lo que sea, yo con los bailes de la Mona que tuve ya salí en un video”. Tras la charla nos enteramos que está de novia hace tiempo, y el Abuelo no puede con su genio y se le escapa: “Uh... con el video debe estar odiando el guaso”.
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