Esta mañana las empresas de transporte interurbano del norte de Córdoba pusieron en funcionamiento un nuevo esquema de horarios. Esta modificación fue totalmente sorpresiva y arbitraria. Cientos de usuarios del corredor de Ruta 9 se anoticiaron de esta medida cuando llegaron a sus respectivas paradas o terminales.

El nuevo esquema contempla la quita de varios horarios -fundamentalmente de Ersa- pero el mayor problema está en los cambios de las frecuencias. Minutos más, minutos menos, pero que hoy afectan completamente a la puntualidad sobre todo de los trabajadores.

 

Hoy, docentes y estudiantes se encontraron con que los colectivos que venían utilizando desde hace años, iban a salir más tarde o, peor aún, ya habían salido.

 

Según confirmaron desde las empresas, en muchos casos, se han intercalado frecuencias entre Ersa y Fono Bus para no superponer los horarios. Esto quiere decir que en algunos momentos del día saldrá un colectivo de una empresa en un horario y en el siguiente de la otra.

 

Esto va generar un gran perjuicio sobre todo en aquellos que tienen abono en cada empresa, y que obviamente, no podrán utilizar ese beneficio en la otra. De esta manera, en pleno fin de año, se ven obligados a gestionar una tarjeta para la otra firma, si es que el sistema se los permite. Un ejemplo claro es el horario de la mañana de Ersa que iba de La Dormida a Deán Funes, que era utilizado por estudiantes y ahora fue eliminado. Si bien hay varias opciones en Fono Bus para el mismo recorrido, los chicos usaban su abono Ersa y ahora deberán pagar el pasaje.

 

Otros de los inconvenientes que van a surgir es la cantidad de pasajeros por unidad. Al perder horarios, todos los usuarios van a tener que viajar en la misma hora.

 

Esta indignante maniobra es “un arreglo” entre las empresas para presionar al gobierno para que no quite los subsidios nacionales al transporte. Están utilizando la necesidad de los usuarios para medirse con el gobierno. Vale destacar que nada tienen que ver las boleterías del norte de Córdoba, ellos como trabajadores, también se ven afectados.

 

Esta modalidad intentaron implementar en el Gran Córdoba hace pocos días y los intendentes de todas esas ciudades se plantaron ante las empresas e impidieron que pudieran aplicar los cambios.

 

La solución para retrotraer los horarios en el norte de Córdoba y evitar este atropello, indudablemente es política, lo que quiere decir que los intendentes de cada localidad afectada y legisladores, deberán ponerse firmes y coordinar acciones para ponerle un freno. Ellos, como representantes de las comunidades, deben impedir que esta maliciosa maniobra de los empresarios siga adelante.