Este jueves a la 19 en la Casa del Bicentenario de la localidad de Quilino, la Junta Electoral Municipal proclamará a la intendenta electa Mabel Godoy y a los Concejales elegidos en las elecciones del 14 de abril pasado.

 

El acto forma parte de un hecho histórico en la política local dado que desde el advenimiento de la democracia ninguna fuerza política había derrotado al radicalismo en ese territorio. El valor agregado de ese triunfo, es que los jefes políticos de la estructura oficialista estaban comandados por el actual Intendente Ariel Rivero y la Diputada Nacional de UCR, Soledad Carrizo. 

 

La columna vertebral del proyecto vecinalista encabezado por Mabel Godoy, fue el PJ cordobés.

 

Más allá de este momento grato y de desahogo, el desafío de la nueva gestión que asumirá el 14 de diciembre a las 14 es administrar lo más prolijo posible los recursos del municipio. 

 

En el equipo de Mabel reina un manto de preocupación e incertidumbre por la situación delicada que atraviesa la administración. De una reunión que mantuvieron Rivero y la Intendenta electa el miércoles pasado en el palacio municipal, ambos con sus equipos técnicos, trascendieron rumores económicos poco alentadores. 

 

Todo indica que, con una planta de unos 900 empleados sumado a una deuda de proveedores impagable, los primeros meses de la nueva gestión serían ingobernables sobre todo si el Gobierno de la Provincia de Córdoba no interviene con oxígeno económico el inicio del mandato.

 

Ante este panorama desolador se teme que la coparticipación provincial destine en un 90% a pagar sueldos, obligando a desatender otras prioridades sensibles que carecieron en el gobierno de Rivero. 

 

Nafta al fuego

 

Otro malestar son las acciones que tuvo Rivero al pasar a planta permanente a unos 39 trabajadores de su entorno político conociendo el presente económico del municipio.