Efecto guerra en Ucrania: la industria de Córdoba ya compra gas con fuertes subas

Empresas contratan con ajustes en dólares del 30% al 60%. Expertos recomiendan almacenar combustibles alternativos.

Política y Sociedad 10/03/2022

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A13 mil kilómetros de distancia, las alarmas de la invasión a Ucrania comienzan a sonar en la industria de Córdoba. Por ese conflicto bélico y también por la falta de cierre a un acuerdo con Bolivia –cuya provisión es estratégica para esta provincia– las grandes fábricas locales empezaron a cerrar contratos para la compra de gas natural con incrementos que van del 30% al 60% en dólares.
 
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Las subas conocidas hasta ahora podrían no terminar ahí y escalar hasta lo desconocido si la crisis energética desatada a nivel global por las sanciones aplicadas a Rusia se prolonga en el tiempo, lo cual preanuncia un invierno complejo de pilotear para quienes hacen un uso intensivo de este combustible en sus procesos productivos.
 
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El incremento en los precios del gas sacude en particular a grandes empresas, como el caso de las cementeras, fundiciones de metales, petroquímicas, autopartistas, alimentarias, entre una larga lista de firmas que, a partir de las reformas aplicadas en los últimos años en el sistema energético argentino, deben salir al mercado a comprar gas.
 
Como se sabe, las generadoras eléctricas también están incididas por esta situación, aunque al hidrocarburo lo provee Cammesa, que debe evaluar sus propias líneas de acción para soportar las contingencias en el marco de la estrategia tarifaria y de subsidios que el Gobierno discute con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
 
INQUIETUD FABRIL
 
“La incertidumbre en el mundo es absoluta y a mi modo de ver va a seguir creciendo. La situación le mete una tensión a las importaciones argentinas de gas licuado, incluso se podría suponer que no hay dólares para pagarlas”, sintetiza Marcelo Uribarren, presidente de la Unión Industrial de Córdoba (UIC).
 
Una láctea del interior acaba de renegociar su contrato de provisión para el año con un incremento del 30% en dólares, lo cual implica que necesariamente ese ajuste deberá tener un correlato en el precio de los productos que fabrica. Más inflación a la vista.
 
Otra empresa local dedicada a la fundición de metales, está dando los primeros pasos en las conversaciones. El aumento de precios que le plantean a sus ejecutivos es del 40%. En ese caso, sus productos terminan en la industria automotriz, lo cual afecta la competitividad de los bienes finales para las exportaciones.
 
El año pasado, el precio de referencia del gas natural dispuesto en el marco del plan Gas.Ar era de U$S 2,89 por millón de BTU para Cammesa, la abastecedora de centrales como por ejemplo, la Bicentenario de Pilar, que opera Epec.
 
La industria, en tanto, se posicionaba por encima de ese precio, a U$S 3 ó U$S 3,5, según condiciones, cuenca de abastecimiento y otras variables. Hoy para las empresas de Córdoba el millón de BTU se negocia a unos U$S 4,20 para el fluido que proviene de la cuenca neuquina y U$S 5,50 para el gas proveniente de la cuenca del NOA, aproximadamente.
 
BOLIVIA, JUGADOR CLAVE
 
Con un aditamento, el Gobierno nacional está casi frenado con la renegociación del gas que proviene de Bolivia y que es esencial para inyectar fluido a esta cuenca donde confluye la demanda del centro de Argentina. El acuerdo fijaba un valor de U$S 7,3 por millón de BTU pero las autoridades del país del altiplano siguen con atención la evolución del precio internacional y pedirán más.
 
Por estacionalidad –todavía no llegó el invierno–, Bolivia está a media máquina con la inyección de gas al sistema argentino. Sobre 14 millones de metros cúbicos diarios comprometidos para el invierno, el suministro está a la mitad. Ese diferencial es el que puede llegar con “precio nuevo”, el precio de la guerra en Ucrania.
 
PREVENIR ANTES QUE NADA
 
“Mi mejor recomendación para cualquier cliente, independientemente de si ya tiene un contrato de suministro de gas es que si puede usar combustibles alternativos tenga las instalaciones en condiciones y a tanque lleno. Cualquiera sea el proveedor, puede haber claramente redireccionamientos de gas como en otras épocas”, explica Alejandro Ferrario, consultor especializado, a La Voz. El redireccionamiento es cortarle a la industria para abastecer el consumo prioritario de los hogares.
 
En los contratos que se negocian en este momento, el incremento en el precio del gas que proviene de la cuenca neuquina es del 40% y en el que llega del NOA, de hasta el 60%, detalló el analista.
 
Otro experto en el rubro, Mario Papetti, consideró que la “cuantificación de un precio o de un sendero de precios del gas natural por redes para el abastecimiento de las Industrias de Córdoba en el próximo período Invernal, es de una dificultad supina”.
 
Para el analista, las empresas deberán priorizar “la negociación de alternativas técnicas y operativas, sobre las alternativas económicas financieras” con el objetivo de no incumplir compromisos de producción que deriven en penalizaciones.
 
Al igual que su colega, Papetti recomendó ponerle atención al parque de almacenamiento de alternativos, como gasoil, “pudiéndose celebrar contratos de abastecimiento por la cantidad estacional si el depósito lo permite o bien considerar la alternativa contractual justo a tiempo”, dijo.
 
CORTES CASI INEVITABLES
 
Los principales objetivos del Plan Gas IV diseñado por la Secretaría de Energía de la Nación quedaron severamente condicionados por la suba de los precios a nivel internacional.
 
Dos de esos propósitos son satisfacer la demanda interna con gas obtenido en el país y sustituir importaciones para ahorrar divisas y bajar el costo fiscal.
 
A este último punto lo acaba de destrozar la suba del precio internacional del gas licuado que obligará a la Argentina a realizar un sacrificio fiscal imprevisto hasta antes que se desencadenara el conficto bélico.
 
Los números son todos siderales para un país sin dólares. 900 millones de dólares mensuales podría costar la importación de gas natural licuado en el invierno.
 
Sólo en la importación de gas desde Bolivia, la cuenta alcanzaría entre los 90 y los 110 millones de dólares, pero con un mayor “costo” durante entre los meses de junio y agosto, cuando crece la demanda residencial.
 
En la industria gasífera se proyecta que los subsidios estatales tendrán un nivel no menor a los 12 mil millones de dólares, cuando el superávit comercial de todo 2021 fue de 14.750 millones de dólares.
 
Estos números hacen suponer a la industria de Córdoba que el Gobierno no tendrá más remedio que reducir las cantidades importadas y en consecuencia producir un rebalanceo de la oferta de gas, con cortes que los datos de hoy muestran como inevitables.
 
En el mercado estiman, de cualquier forma, que las productoras de gas (YPF y Total son las principales protagonistas) procurarán cumplir con aquel acuerdo que les garantiza el pago de subsidios.

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