Mientras la Municipalidad y la Policía realizaran controles sorpresivos de motocicletas en el centro y en las periferias, vecinos de distintos puntos de la ciudad aportan datos y aseguran que las calles recientemente pavimentadas son una pista de picadas a toda hora. 

 

Estás arterias que no tienen lomadas ni otro reductor de velocidad, serían las preferidas por los motociclistas para hacer picadas o destrezas a toda velocidad, sin medir el riesgo que corre su integridad física y la de terceros. 

 

“Por su longitud calle Atilio Sueldo de barrio Moreyra Ross es una verdadera pista peligrosa,  porque las motocicletas se desplazan a alta velocidad. Ni los niños pueden jugar”, expresó Carlos, un vecino que quiso mantener en reserva su identidad.

 

Otra insegura sería la calle Bolivar, que para Marisa, otra vecina de la zona, es más peligrosa porque las juntadas se arman de noche a pesar del frio. 

 

Con estos antecedentes será difícil controlar un fenómeno que viene creciendo con el paso de tiempo, y lo hará mucho más si no interviene la concientización desde el hogar teniendo que mucho de los casos los conductores son menores de edad.  

 

La imagen es ilustrativa