Es alarmante la escalada de hechos llevados a cabo por personas anónimas que actúan de manera encubierta y que destruyen el patrimonio de todos.  

 

A las pintadas, el uso de las garitas del colectivo como baño,  la utilización de los juegos infantiles por adultos y se suma ahora la rotura de los carteles que señalan las lomadas. 

 

Quienes sufren las consecuencias de estos actos incívicos son los vecinos, incluidos aquellos mismos que destruyen los carteles.

 

Es necesario que valoremos lo que tenemos, se acercan las fiestas patronales y muchos visitantes van a tener una mala imagen de las cosas destruidas por nosotros mismos. 

 

Incluso, desde hace mucho tiempo está roto el soporte de uno de los carteles que indica, al turista visitante, la ubicación de la Terminal de ómnibus en Quilino. Claro que... lo bueno sería que, antes del cartel, se construya primero la Terminal. Pero éso... es harina de otro costal...