Los fuertes ajustes que tienen previsto implementar los municipios debido a la crisis económica que atraviesa el país, impacta de lleno en la organización de los festivales y fiestas populares de la región. 

 

Con la reducción de la coparticipación provincial, la prioridad de las administraciones municipales pasa por el pago de sueldos, la asistencia social y la contención de la salud, dejando en segundo plano la inversión este tipo de eventos culturales. 

 

La Comisiones organizadoras se encuentran preocupadas por este tema y principalmente por el incremento del caché de los artistas y grupos convocantes, que en la mayoría de casos fue del 90%. 

 

Ante este panorama desolador y sin miras a mejorar, trascendió que las estructuras están analizando dos alternativas; una sería planificar un buen festival y trasladar los elevados costos al valor de la entrada, y la otra sería reducir la mayor cantidad de gastos y confeccionar una grilla gasolera que vaya en sintonía con lo que el público pueda pagar. 

 

Por el momento y a pesar de la altura de año, todavía no hay ninguna contratación cerrada y solo se mantienen conversaciones con las productoras.